COMUNICACIÓN

Como el personaje de Wally en la película de Arthur Hiller. A pesar de que llevamos ejerciéndola toda una vida, tenemos que reconocer que entenderse es una verdadera causalidad.

Un milagro, vamos.

Y también que en la comunicación nos lo jugamos todo cada día.

En los últimos años he aprendido mucho de maestros como Víctor Amat o Mariano Sigman.  Ellos me han enseñado, entre otros tesoros, que estaba muy equivocado cuando creía que lo yo entendía por realidad era la realidad.

A eso súmale todo lo que me aportan 17 años de experiencia comunicándome en ámbitos como el escénico y el cinematográfico.

Y mi formación en psicología.

Por dónde iba. Ah, sí.

Etimológicamente la palabra comunicación proviene del latín “comunicare”: compartir, intercambiar algo o poner en común. 

Piensa en la palabra. Comunicación. De ahí puedes extraer dos posibles: común y acción. 

Así que puestos a darle otro enfoque al asunto podríamos aventurarnos a decir que la comunicación podría ser una acción en común en la que, principalmente, mediante el lenguaje, buscamos influenciar al otro o a los otros, con la intención de conseguir algo.

Porque la comunicación, por naturaleza, es persuasiva. Y hacemos uso de ella desde bebés, cuando llorábamos porque cubrir nuestras necesidades básicas era cuestión de vida o muerte. 

Conmigo vas a darle una vuelta de tuerca a lo que hasta ahora entendías por comunicación. 

Conmigo vas a encontrar la forma de apañarte mejor cuando de comunicarte se trata. Ya sea en el ámbito laboral, personal, social o de pareja.

Vas a entender que la comunicación tiene mucho que ver con nuestra identidad, con nuestro background y con nuestra predisposición.

Y sobre todo, vas a poder hacer algo con todo esto.

Esto de comunicarse tiene mucho de lúdico, de psicológico, de teatral, de científico.  

Y de cierto sentido común.

¿Te vienes?